VIAJES
por Europa, Africa y Norteamérica
1845 - 1847

Sarmiento, Domingo F.

676 pages - In Spanish


ISBN: 987-20506-7-8
Library of Congress Control Number: 0

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Uno de los mejores libros de viajes surgido de una pluma argentina es «Viajes por Europa, Africa y Norteamérica « 1845/1847» de Domingo Faustino Sarmiento. Al momento de partir para Europa, Argelia y Norteamérica, Sarmiento, de 34 años, ya había escrito «Facundo», sufrido el exilio político en dos ocasiones, y era poseedor de un bagaje cultural único en las repúblicas del Sur recientemente independizadas del sistema colonial Español.
Su amigo chileno Manuel Montt «a la sazón Ministro y luego Presidente de Chile« le había encomendado, en las palabras del mismo Sarmiento, «analizar las instituciones que retardan o impulsan sus progresos".
Los "Viajes...", redactados en cartas dirigidas a diferentes destinatarios, narran las impresiones y experiencias de las etapas del periplo - Montevideo, Río, París, España, Argelia, etcétera - así como las reflexiones que suscitan en el autor. Su conocimiento directo de la dictadura argentina, completado con el de la guerra civil y el asedio de Montevideo, le conducen a preguntarse las razones del arraigo de lo que ahora llamamos caudillismo y de la lucha de facciones que desgarran la América hispana: la proliferación de bandas armadas a cuyos jefes podríase calificar de gauderios (esto es holgazanes) "si en lugar de cantar como la cigarra no se entretuvieran en derramar sangre". Sólo el comercio europeo y la llegada de nuevos inmigrantes pueden, en su opinión, inyectar vida a un sistema corrupto y condenado a reiterarse por gentes que creen porque no se esfuerzan en pensar.

La barbarie
Su amarga denuncia de "la barbarie incurable de nuestras campañas argentinas" - arreciada por la brutalidad arbitraria en la escala en Montevideo - se funda en la convicción - previa a su experiencia personal en la Península - de que la herencia española - "la de un pueblo feroz, andrajoso y endurecido en la ignorancia y la ociosidad" - es un veneno del que habrá que curarse gracias al progreso industrial y a la libertad de comercio e ideas. Los cambios que observa en las ciudades de Iberoamérica, son puramente superficiales: "Los hijos de los españoles quisieran asimilarse la industria del extranjero y conservar paria al industrial; la máquina sin el artífice, el espíritu sin espontaneidad [...] la libertad de hacer el mal, sin la libertad de contenerlo. Todas las constituciones americanas lo gritan así sin pudor, y la prensa y la opinión hacen coro a esta reclamación del suicidio que llaman derecho y la muestra más clara de su independencia".
La coincidencia de tales críticas con las formuladas antes por Blanco White es realmente notable, aunque la extraterritorialidad del pensamiento del último - ninguneado por sus compatriotas y casi desconocido para los americanos dado el escaso poder de difusión de sus publicaciones londinenses - vedará a Sarmiento la posibilidad de calar en una obra que hubiese enriquecido sin duda la suya: el contacto con un español distinto, y en verdad único, como podemos advertir hoy desde nuestra actual perspectiva.
"¿Por qué la raza sajona tropezó con este pedazo de mundo [Norteamérica] que tan bien encuadraba con sus instintos industriales, y por qué a la raza española le cupo en suerte la América del Sur, donde había minas de plata y de oro e indios mansos y abyectos, que venían de perlas a su pereza de amo, a su atraso e ineptitud industrial?" (Sarmiento, Viajes...).
«Viajes» transmite las impresiones de Sarmiento sobre los diversos temas que le preocupaban. Desde el dominante de la «esclavatura», como llamaba el sanjuanino a la esclavitud, hasta el omnipresente sexo. La religión, las difíciles relaciones anglonorteamericanas; la guerra de México; la decadencia española y su influencia sobre América Latina; la distinta evolución social y política a ambos lados de la cordillera; Rosas, San Martín y Washington; así como el temprano progreso tecnológico norteamericano, que tanta admiración y envidia le provocaban.
Sarmiento, a través del viaje a los Estados Unidos en 1847 y más tarde su embajada en ese país, fue el primer argentino que tuvo la oportunidad de conocer, admirar y divulgar los enormes progresos del gran país del norte. Esto, y la adopción de sus métodos educativos, constituyeron la columna vertebral del progreso Argentino inspirado por la llamada «generación del '80» .
Domingo Faustino Sarmiento
1811–1888, Argentine statesman, educator, and author, president of the republic (1868–74). An opponent of Juan Manuel de Rosas, he spent years of exile in Chile, becoming known as a journalist and an educational reformer. He toured Europe and North America and was impressed by the school system and the political organization of the United States, an experience that marked his future life as politician and statesman. He helped Urquiza to overthrow Rosas in 1852 and became active in politics. In Oct., 1868, he succeeded Bartolomé Mitre as president. His administration was marked by the conclusion of the War of the Triple Alliance against Paraguay, by material progress, and, especially, by the organization of schools and the reform of educational methods. Sarmiento was succeeded by Nicolás Avellaneda. His essays on education and politics, historical studies, and critical works are distinguished by crisp style. Best known is Facundo, o Civilización i* barbarie(1845; tr. Life in the Argentine Republic in the Days of the Tyrants, nominally a biography of Juan Facundo Quiroga, but actually an in-depth study of caudillismo, personalism in politics.

* The ortographic rules at the time Sarmiento lived in Chile indicated an "i" wherever a "y" was previously used.


Domingo F. Sarmiento en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes