Fantoches 1926

11 escritores-11 ilustradores

136 pages - In Spanish
Edición Crítica, Notas y Comentarios
Ana María Hernández
ISBN: 978-1-934768-43-3
Library of Congress Control Number: 2011928466

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«Pero La Habana, por desgracia, es así, tal como es, pese a quien pese. No es posible arrancarle su condición de puerto, su situación de encrucijada, su cosmopolitismo, su inmigración viciosa, sus recovecos propicios, su mezcla de razas, su sol de fuego, todo ese enmarañamiento diabólico de factores y circunstancias que es aquí, entre nosotros, el tablero en que se desarrolla el tenebroso juego del amor y el odio».
Rubén Martínez Villena, Fantoches 1926, VIII, «Vulgaridad absurda y cómica (De cómo un personaje gris dio nombre a este relato)»

A lo largo de 1926 en la revista Social, aparece en entregas mensuales la novela policíaca Fantoches, creación colectiva de once escritores y once ilustradores asociados al Grupo Minorista. Entre ellos figuraban escritores ya consagrados como Carlos Loveira, Alfonso Hernández-Catá y Jorge Mañach, además de talentos jóvenes y activistas políticos como Rubén Martínez Villena, fundador del grupo, abogado defensor de Julio Antonio Mella, y secretario de Fernando Ortiz. A mitad de camino entre la improvisación colectiva de los surrealistas y la novela detectivesca inglesa, Fantoches 1926 constituye una obra única, mosaico de las actitudes y corrientes intelectuales en un momento crucial de las artes y letras cubanas, cuando las vanguardias europeas y los movimientos socio-políticos autóctonos se conjugan en una alquimia que generaría la obra madura de los escritores y artistas de los años treinta.
De tono francamente irreverente, la novela traspasa las fronteras entre el espacio ficcional y el real al incorporar a los escritores como personajes, y al incluir ensayos paralelos a la trama detectivesca. La insólita irrupción del tema afrocubano a mitad de la trama, en una revista dedicada a la alta sociedad, se anticipa a la temática de Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Amadeo Roldán, Alejando García Caturla, Gonzalo Roig y Wifredo Lam, figuras descollantes que labraron una expresión auténticamente cubana.
Carlos Loveira
(1882-1928)

autor del primer capítulo y el último, ilustrados por Conrado Massaguer (fundador de la revista Social) era en 1926 uno de los novelistas más destacados del período republicano o neocolonial. Entre sus obras más conocidas figuran Generales y doctores (1920) y Juan Criollo (1927).

Guillermo Martínez Márquez
(1900-??)

autor del segundo capítulo, con ilustraciones de José Manuel Acosta, se dedicó principalmente al periodismo, dirigiendo los periódicos Ahora y El País.

Alberto Lamar Schweyer
(
1902-1942)
escribió el tercer capítulo, ilustrado por José Hurtado de Mendoza. Lamar fue uno los miembros más controversiales del grupo: firmante de La Protesta de los Trece e integrante de la Falange de Acción Cubana, termina por defender la dictadura de Machado en 1927, provocando el repudio del Grupo Minorista. Se desempeñó como periodista, ensayista y novelista.

Jorge Mañach
(
1898-1961)
El cuarto capítulo está a su cargo. Una de las figuras literarias más importantes del período republicano, profesor, ensayista y crítico, autor de Martí el apóstol e Historia y estilo. Es el único escritor que ilustra su propio capítulo. De pensamiento conservador, protagonizará una acérrima polémica con Rubén Martínez Villena en 1927 que precipitará la desintegración del grupo.

Federico de Ibarzábal
(
1894-1955)
El quinto capítulo, con ilustraciones de Luis López Méndez, está a cargo de Federico de Ibarzábal, poeta, novelista, cuentista y destacado periodista vinculado al Heraldo de Cuba, El Comercio, Social, Bohemia, Revista Habaneray Carteles, entre otras publicaciones. Seleccionó la primera antología del cuento cubano, Cuentos contemporáneos(1937).

Alfonso Hernández Catá
(
1885-1940)
uno de los cuentistas y novelistas más destacados de su época, introduce el caos en la trama al atribuirle el crimen a un cabildo de ñáñigos. Interesado en el estudio y representación de la sexualidad y los estados alterados de la mente, escribió Novela erótica(1909), Los siete pecados (1918), El Ángel de Sodoma (1928) y Manicomio (1933), entre otras obras. Gustavo Botet ilustró su capítulo.

Arturo Alfonso-Roselló
(
1896-1972)
discípulo de Manuel Márquez Sterling que se distinguiría en una larga carrera periodística vinculada a publicaciones como La Nación, El Sol, Carteles, El Mundo y Diario de la Marina, escribe el séptimo capítulo, con ilustraciones de Rafael Blanco. Ya fuera de Cuba, publicaría dos novelas sobre la época del machadato: Tres dimensionesy El pantano en la cima(1971).

Rubén Martínez Villena
(
1899-1934)
autor del octavo capítulo, fue una de las figuras políticas y culturales más influyentes del período. Abogado, fundador del Grupo Minorista y redactor de sus manifiestos, fue secretario de Fernando Ortiz y defensor de los izquierdistas perseguidos por el dictador Machado, entre los que se destacó Julio Antonio Mella. Organizó varias huelgas contra el dictador, incluyendo la que provocó su derrocamiento. Cultivó la poesía, el ensayo y el periodismo. La ilustración estuvo a cargo de Armando Maribona.

Enrique Serpa
(
1900-1968)
El noveno capítulo, de la pluma de Enrique Serpa, asociado y amigo de Martínez Villena, continúa la polémica con Jorge Mañach, a quien introduce en la trama como autor de otro crimen. Cultivó el periodismo, el cuento y la novela. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1938 por su novela Contrabando. Jesús Castellanos ilustró.

Max Henríquez Ureña
(
1885-1968)
hermano de Pedro y Camila e hijo de Salomé, nació en Santo Domingo pero se radicó desde joven en Santiago de Cuba, desde donde escribió el capítulo X, con ilustraciones de Carlos Sánchez. Tras una intensa actividad literaria en Cuba, regresa a su país de origen, donde escribe Panorama histórico de la literatura cubana.

Emilio Roig de Leuchsenring
(
1889-1964)
A Emilio Roig de Leuchsenring le es dado atar los cabos de la trama en el capítulo once, antes de que Loveira le ponga el sello final a la novela. A cargo de la sección literaria de Social, prácticamente convierte la revista en el vocero del Grupo Minorista, ubicándose, con Martínez Villena y Serpa, en el ala izquierda del mismo. Abogado de formación, ejerció el periodismo, la investigación histórica y la crítica literaria. Fue fundador de la revista Cuba Contemporáneay Revista de Estudios Afrocubanos. Colaboró con Archivos del Folklore Cubanoy Carteles. Entre sus muchos libros figuran Una interpretación de la realidad cubana (1935) y Martí antimperialista(1953). Enrique Riverón ilustró el capítulo.