1804/1810
Las Brevas Maduras

Scenna, Miguel Angel

Hardcover - 208 pages - In Spanish


ISBN: 987-1136-01-3
Library of Congress Control Number: 0

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Capítulo Primero

EL VIRREY SOBRE MONTE

Las cuatro fragatas
En los primeros días de octubre de 1804 el marqués de Solano, capitán general de Cádiz, estaba de fiesta y protocolo. Visitaba el puerto español una fuerza naval inglesa de cuatro fragatas de guerra al mando del comodoro Moore, quien, como distinguido huésped que era, fue tratado con la cálida hospitalidad hispana de costumbre. España e Inglaterra estaban en dichosa paz, y los marinos de ambas naciones confraternizaron entre amistosos agasajos. Al cabo, el Comodoro se despidió, fue cordialmente acompañado hasta el muelle, las naves levaron anclas, y en un glorioso día otoñal se alejaron mar adentro.
El comodoro Moore, con el sabor de las atenciones fresco en el alma, se dio a escrutar el horizonte. Pronto su catalejo le denunció velas a la distancia, y alertó a su fuerza. Cuatro fragatas españolas se acercaban en dirección a Cádiz.
El Comandante español vio aproximarse a los navíos ingleses, extrañado, pero no desconfiado. Las fragatas británicas acortaron distancias, y se dispusieron en tal forma, que cada barco inglés tenía al alcance de sus cañones un buque español. Entonces Moore comunicó atentamente a su colega español que debía entregar las fragatas y el cargamento como presa de guerra. Indignado, el otro protestó por ese ataque traicionero en plena paz, y se negó a obedecer. Moore ordenó abrir fuego. Una fragata española voló por los aires en pedazos. Desde la borda de otra nave, un hombre contempló con horror el espectáculo: era don Diego de Alvear, que veía desaparecer a su esposa y siete hijos en la explosión. A su lado, el único vástago sobreviviente, Carlos María, de quince años, futuro general y guerrero de la Independencia, miraba sin comprender el primer destello de su singular carrera. Otro muchacho, Tomás de Iriarte, también era testigo del atropello. Entregados los españoles, fueron conducidos a Londres.

Los ingleses sabían de la llegada de las cuatro fragatas, y que ellas transportaban una fuerte suma de dinero que temían fuera destinada a las arcas del odiado Napoleón Bonaparte, con el que Jorge III estaba en guerra desde mayo de 1803. Moore recibió orden de apoderarse del tesoro, desdeñando el ligero detalle de que Londres no estaba en guerra con Madrid, y el Comodoro, ya que estaba en la cosa, no encontró mejor lugar de espera que el propio puerto de Cádiz, hacia donde se dirigían las fragatas.
Y allí las aguardó comiendo el pan y la sal - con el fuerte vino español correspondiente - que el marqués de Solano brindó en generosa hospitalidad. Pero las necesidades de Estado son inflexibles, y no se han hecho para sentimentales. Moore disfrutó en Cádiz, asaltó las fragatas españolas, voló una, se quedó con el resto, y se llevó a todos con la satisfacción del deber cumplido. Sir Francis Drake podía descansar tranquilo; tenía sucesores de su mismo metal. Moore no era el único. Precisamente por ese tiempo el Gabinete inglés mostraba interés por la opinión de otro marino de aquilatados méritos, Home Popham, que a los cuarenta y dos años había acumulado una frondosa experiencia en infinitos campos. Popham era marino a la inglesa, vale decir que los escrúpulos los reservaba para los oficios dominicales. Comerciante en varias partes del planeta, hombre de ciencia en las horas de ocio, diplomático cuando hacia falta, contrabandista si venía bien, y político en todo momento, con fuerte vocación por la aventura y el dinero. Un verdadero hacedor de imperios. El motivo de la atención del Gabinete de William Pitt por este interesante compatriota consistía en que comenzaban a mirar detenidamente las extensas posesiones españolas en América. Naturalmente, seguían en paz con España; pero ese era un detalle secundario. Popham fue llamado al Almirantazgo por el titular, Henry Melville, y se le encargó que proyectara y redactara un estudio sobre la factibilidad de invadir y ocupar la América española. Para la tarea contaría con la ayuda de un tal Francisco de Miranda, un señor muy convencido de que cuando los americanos vieran un soldado inglés, se levantarían en masa contra España. Los dos hombres estudiaron el asunto, y Popham lo consideró viable. Elevó un memorial en el que proponía dos expediciones: una desembarcaría en Venezuela, al mando de Miranda; otra se dirigiría al río de la Plata, bajo su conducción. El memorial fue encarpetado y dejado de lado por el momento. Pese a lo cual, en el río de la Plata se avistaron naves inglesas sondando aguas y reconociendo la costa.

En Buenos Aires fallecía, el 11 de abril de 1804, el virrey don Joaquín del Pino, y S. M. C., Carlos IV, nombraba como sucesor a don Rafael de Sobre Monte Núñez Castillo Angulo Bullón Ramírez de Arellano, tercer marqués de Sobre Monte, de cincuenta y nueve años, como noveno virrey del Río de la Plata. El favorecido entró con su pesada carga de apellidos al Fuerte porteño trayendo una larga experiencia administrativa, como que había sido secretario del virrey Vértiz y, por más de quince ilustres años, notable gobernador de Córdoba. En diciembre de 1804, España se convenció de que los británicos tenían ideas peculiares sobre estado de paz y beligerancia, y no conforme con las explicaciones sobre el asunto de las fragatas, declaró la guerra a Inglaterra. La noticia llegó a Buenos Aires el siguiente mes de abril; pero no debió de preocupar mucho. Inglaterra quedaba lejos, y un ancho mar se interponía entre ella y el río de la Plata.
1924-1981
Médico oftalmólogo de profesión, e historiador por vocación, según palabras del Dr. Félix Luna, hay en la obra de Miguel Angel Scenna información, solidez de conocimientos, buen estilo y humor.
Dedicado investigador historiográfico, en 1967 tomó contacto directo con la Revista “Todo es Historia”, donde, estableció una permanente relación publicando numerosos artículos.
Colaborador de los diarios “La Nación”, “Clarin”, “La nueva Provincia” de Bahía Blanca y otros.
Alternativamente actuó como colaborador, delegado o miembro titular en los II y III Congresos de Historia Argentina y Regional; II Congreso del Federalismo en La Rioja; I Congreso de Historia Belgraniana; I Congreso de Historia de la Ciudad de Buenos Aires; Ciclo de Conferencias sobre la “Generación del 80” , auspiciado por la Universidad Nacional del Comahue, etc, y numerosas conferencias, charlas, debates, mesas redondas en Buenos Aires e interior del pais.

Obras Publicadas
"Cómo fueron las relaciones Argentino-Norteamericanas” - 1970
"F. O. R. J. A. : Una Aventura Argentina” - 1972
"Braden y Perón” 1974
"Antes de Colón “- 1974
"Cuando murió Buenos Aires - 1871” - 1974
"Las Brevas Maduras: 1804 - 1810” - 1974
"Argentina-Brasil: Cuatro Siglos de Rivalidad” - 1975
"Los que Escribieron Nuestra Historia” - 1976
"Los Militares” - 1980
"Argentina-Chile: Una Frontera Caliente"
-1981