La hija del bandido ó los subterráneos del Nevado

Barragán de Toscano, Refugio

240 pages - in Spanish
Edición Crítica, Notas y Comentarios
Maria Zalduondo
ISBN: 978-1-934768-06-8
Library of Congress Control Number: 2007941800

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La hija del bandido, la segunda novela de Refugio Barragán de Toscano (1845-1916) es una novela romántica, de aventuras e intrigas.
La hija sigue los esfuerzos de María para deshacer las maquinaciones criminales de su padre y, a través de acciones de valor, consideración y generosidad, lograr asegurarse una posición de aceptación en la sociedad estratificada del México colonial de finales del siglo XVIII.
Es éste un México todavía bajo el yugo español, plagado de bandidos que merodeaban las zonas rurales atacando a las diligencias, secuestrando mujeres y robando a los indefensos.
Vicente Colombo es un bandido típico, no obstante tiene una hija a quien ama y a la que necesita acomodar en el seno de la sociedad civil mexicana.
Como muchos novelistas nacionales de su época Barragán describe la gran belleza de la naturaleza mexicana: sus valles, montañas, flora y fauna. La hija comparte estos temas y se sitúa al lado de novelas clásicas como El zarco (1901) de Ignacio M. Altamirano y Los bandidos de Río Frío (1888) de Manuel Payno.
Pero la particulardad de esta novela de bandidos escrita por una mujer, es que la autora presenta una protagonista femenina, joven y activa, sujeto actuante de su propio destino, que supera y rechaza la mancha nefasta de su padre para vivir con dignidad, introduciendo una visión femenina «aunque acotada por el particular sesgo religioso de la autora« entre las¿  novelas fundacionales de México.
Refugio Barragán de Toscano
(1843-1916)
Educadora y escritora mexicana nacida en Tonila aunque su infancia transcurrió en Zapotlán el Grande –hoy Ciudad Guzmán–
Alumna de la famosa docente Rafaela Suárez y poeta desde su adolescencia, publica sus primeros trabajos en La Aurora de Colima entre 1870 y 1880.
Trasladada a Guadalajara trabajó comno docente en la Sociedad Lancastariana.
De sus cuatro hijos sólo sobrevivieron dos a causa de enfermedades infantiles. Salvador (1872-1947) y Ricardo Toscano llegaron a ser profesionales en sus respectivos campos. La biógrafa Aurora Tovar Ramírez asegura que Ricardo fue reconocido por su contribución a la geografía y astronomía (61). Salvador es famoso por ser uno de los iniciadores del cine mexicano. Este último produjo importantes secuencias fílmicas sobre la Revolución Mexicana de 1910.
En 1873 su obra de teatro, Diadema de perlas, o los bastardos de Alfonso XI, se presentó en el Teatro Apolo de Guadalajara.
Al morir su esposo en 1879, ella debe cuidar a sus dos hijos y es la escritura lo que la mantiene económicamente a salvo.
En los años que siguen, la autora publica una serie de obras en prosa y poemas de tono religioso y moralizante.
En Ciudad Guzmán publica: La hija de Nazaret, poema religioso divido en dieciocho cantos (1880), Celajes de occidente: composiciones líricas y dramáticas (1880), Libertinaje y virtud o El verdugo del hogar (drama, 1881) y Cántigos y armonías sobre la Pasión: obra religiosa escrita en prosa y en verso y dedicada a la niñez (1883).
Barragán también vivió en Guadalajara (de esta época es la primera edición de La hija del bandido) y fundó (con la colaboración de su padre Antonio) una revista titulada La Palmera del Valle (febrero1888-noviembre 1889). La revista contaba con artículos sobre temas y eventos religiosos, filosofía, educación, ocio, la familia, y consejos para jóvenes. La Palmera salía cada quince días y en sus páginas encontramos un tono moralizador, didáctico y materno.
En 1890 Barragán pasa a dictar clases en La Escuela Normal de Profesoras en la Ciudad de México. El traslado a la Ciudad de México parece haber terminado su carrera literaria, pues la escritora dejó de publicar novelas. Sin embargo, después de un largo descanso, publicó una colección de cuentos: Luciérnagas: Lecturas amenas para niños (1905).
Luciérnagas fue la última publicación de la autora en vida.
Aunque nunca pudo postularse para un cargo público ni ejerció un puesto importante en el gobierno como hicieron muchos de los letrados en su época, Barragán tuvo un papel importante en la producción cultural del país, y a través de su poesía, cuentos y novelas concatenó su literatura con proyectos de nación, participando de esta manera en su elaboración, imaginación y articulación.